Mauricio Barillas, arquitecto y fundador de Studio Domus
Desde el punto de vista de un empresario o emprendedor, la lección más importante de esta crisis ha sido, sin duda, cómo replantearse su negocio. Nuestras capacidades creativas se han visto, así, retadas como nunca antes y esto significa que tenemos la oportunidad de hacer cambios significativos para bien del negocio y de los clientes pero también para el empresario mismo. Podemos limpiar un poco y analizar por primera vez qué es lo que nos apasiona y regresar a eso, ya que tenemos el tiempo de hacer un poco de introspección.
En el campo de la arquitectura pueden observarse cambios significativos desde ya, tanto en la manera como se piensan los espacios de oficina como los hogares. Si bien lo que vemos actualmente no es home office propiamente sino una colisión obligatoria de la vida personal y laboral, muchos clientes están solicitando cambios y reducciones en sus proyectos de oficina. Se está migrando de la noción de oficinas permanentes a espacios tipo hub, acopladas para que cada vez más personas puedan laborar desde sus casas. No obstante, los emprendedores encuentran que un cambio al home office les viene mejor; tendrán más tiempo, más espacio y menos gastos. Esto influye también en las viviendas; los edificios tendrán business centers mejor diseñados, se prestará mayor atención a espacios de estudio y tendremos mayor cuidado con el área de trabajo.
Debemos tomar en cuenta que en muchos casos, las oficinas ya se estaban transformando, aunque quizás de una manera gradual. Las aplicaciones y servicios de videoconferencia, chat y mensajería, almacenamiento en la nube y herramientas para compartir ya nos brindaban la posibilidad de trabajar a distancia y relacionarnos con nuestros equipos de otras maneras. Lo nuevo es la digitalización de la oficina, no el trabajo. Ya no tenemos que tener un espacio físico. Es un tema de protocolos y de inversión en informática pues cada interacción debe suceder dentro de las plataformas privadas de cada organización. Las videoconferencias no permiten privacidad ni seguridad, pero estos problemas pueden ser erradicados al invertir en una red privada.
Los espacios Hub son como la sala VIP de aeropuerto. Nadie está asignado a un puesto, hay distintos espacios, hay áreas semi privadas, salas de reuniones, etc. Las reuniones de equipo sucederán en un ambiente así, pero luego los colaboradores regresarán a sus hogares a realizar el trabajo. El modelo laboral consistirá en ir a la oficina solamente algunos días a la semana dependendiendo de cada empresa, pero no requerirá de la presencia de todo el equipo en todo momento. Esto también implica un enorme beneficio en temas de tráfico y contaminación ambiental, así como una mayor independencia para los trabajadores y las empresas, algo que puede impactar positivamente en la motivación y la productividad. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que gran parte de la efectividad actual del home office, está relacionada con el hecho de que las personas están confinadas en casa sin la posibilidad de salir y hacer otras cosas. Para poder implementar esta estructura de trabajo, es probable que lo que mejor funcione sea un modelo híbrido. Esto se tendrá que ver reflejado en contratos y normativas de la empresa y quizás encontrar la modalidad donde la vida profesional y personal se mezclan debido a que el trabajo encontró un lugar permanente en nuestro hogar. Será una transición difícil, pero cada empresa tendrá que adoptar políticas específicas que se acoplen a sus necesidades.
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